viernes, 26 de marzo de 2010

"Un cuento lleno de ventajas"

Me gustaría que por veces existiera un cuento lleno de ventajas, "la primera ventaja es que cuando el cuento va a llegar al final no se acaba, sino que cae por un agujero y el cuento reaparece en mitad del cuento... La segunda ventaja es que desde aquí se le puede cambiar el rumbo, si tú me dejas, si me das tiempo"...


Pero lo cierto es que ni yo soy Paz Vega, ni mi vida es el argumento de Lucía y el sexo, aunque muchas veces tenga algo de cuento... Y parece que este cuento va llegando al final y no creo que no se acabe y caiga por un agujero, por el contrario cerrará sus páginas finales y lo abriremos de vez en cuando para indagar en nuestros recuerdos, miedos y olvidos pasados en una ciudad fría de los Andes llamada Huancayo...



Una ciudad en la que nos hemos enfrentado con nosotros mismos, con seres indescriptibles y monstruosos que a veces albergan las almas de uno sin saberlo, una ciudad en la que he conocido la amistad en diferentes vertientes y no en el necesario amigo de borrachera, salgo de fiesta si te he visto no me acuerdo...

Como en Lucía y el sexo, eso sí, el sexo se ha visto lleno de amor, y el amor de sexo, aunque a veces se haya enturbiado con lágrimas, cuál tsunami del Pacífico se arranca llevándose todo por delante y a su paso no deja más que paso para la desolación y el dolor...

Así fue la vida a veces en Huancayo, turbia, gris, desgastada y otras veces tan... tan ... rica, como un alfajor relleno de manjar al derretirse en tu boca... o como las papitas rellenas de la vecina Eugenia, y como el hilo de lana de la señora Vicenta, como los besos y lamidos de Canela, como los abrazos interminables de Nayeli, como la fresca sandía de Gladys en el mercado, como la dulce y ronca voz de Deisy... tantos recuerdos y tantos cuentos... A lo mejor resulta que el argumento de Lucía y el sexo sí tenía razón, y ahora puedo volver a la mitad del cuento, y el cuento no se acaba... y entonces... ya sabes... todo son ventajas...

jueves, 4 de marzo de 2010

La leyenda de Huagapo, "La Gruta que llora"


Durante el imperio Incaico existía en Tarma una cultura muy fuerte y característica de la zona, los Taramas... Cuenta la leyenda que los Taramas al pelear con los Incas durante su invasión enviaron a sus mujeres, niños y ancianos a las cuevas de Huagapo, para protegerlos mientras los hombres iban a pelear contra los Incas...

Cuentan que los Taramas nunca pudieron volver a la gruta para rescatar a sus seres queridos y muchas familias enteras se murieron de pena dentro de la gruta... De ahí "La Gruta que llora"...

Lo cierto es que al entrar a esta gruta y llegar a unos 200 metros de profundidad si uno cierra los ojos y permanece totalmente en silencio puede llegar a escuchar susurros, lloros y como se van acercando personas... puedes llegar a sentir respeto...

GRUTA DE HUAGAPO, TARMA... LA MÁS PROFUNDA DE LATINOAMÉRICA