Caminábamos bajo un sol que podría haber frito todos los huevos del mundo… Sandro miraba al suelo y pegando patadas a las piedras al tiempo que me contaba lo mucho que le gustaba la computación, que en el colegio le habían enseñado un mecanismo un tanto raro que les permitía buscar animales que estaban en el zoológico de Lima… me abordó una tímida sonrisa … ay!! Dichoso San Google, el dios creador que todo lo permite, hasta que un niño de 8 años que no ha salido de una aldea llamada Timiri, en la Selva Central peruana, pueda ver animales del zoológico de Lima a través de la pantalla de su ordenador…
Dejando los viajes galácticos y navegantes de un lado, Sandro me contó que una vez vio a un Pishtaco… al principio entendí que era un pájaro (dado que estábamos hablando de animales) que mordía a la gente… No tenía ni la más remota idea de lo que en realidad me estaba explicando… al cabo de un rato deduje que me estaba hablando de alguien parecido al tío del saco español pero con una figura mucho más endemoniada que no sólo asusta a los niños…
Dicen Sandro y los lugareños de la selva que el Pishtaco tiene aspecto de gringo, un hombre fuerte, de ojos azules y barba rubia, que casi siempre es calvo… Un hombre solitario que aguarda la llegada de sus víctimas para degollarlas y extraer sus órganos vitales para convertirlos en chicharrones, de los cuales extraerá la grasa para realizar finos jabones, incluso para ser utilizado como carburante…
La leyenda es cuanto menos macabra y asustadora, Pishtaco, en Quechua, proviene de Pishtay que viene a ser algo así como cortar en tiras, y se dice que se compara la maldad de este personaje a la de los antiguos conquistadores o hijos de terratenientes españoles que se presentaban como hombres de aspecto diabólico y desconocido ante las gentes nativas del Perú.
Sandro me contó que hacía unos días una niña de la Selva había sido devorada por el Pishtaco, que la encontraron en el río con sus órganos fuera…
Más allá de la leyenda popular y las creencias de la gente andina, lo cierto es que cada cierto tiempo aparecen personas decapitadas o con sus órganos vitales fuera en los solitarios y enrevesados caminos de los bosques de la sierra y selva andina. Algunos aseguran que el carburante de algunos de los aviones de la flota peruana proviene de la grasa de todas las personas asesinadas por el Pishtaco…
Tengan cuidao con el tío del Saco, más conocido como Pishtaco en Perú...
En la Foto: Sandro, Selva Central, Septiembre 2009