lunes, 26 de octubre de 2009

Llegar al orgasmo sin tener que hacer el amor...

... Aprovechando el concierto de Bebel Gilberto en Madrid mañana martes rescato esta crónica que escribí hace dos años de su concierto en la Sala Joy Eslava de Madrid...

“Bebel Gilberto o Cómo llegar al orgasmo sin necesidad de hacer el amor…”

De poco o nada le sirve a Bebel Gilberto ser hija del creador de la bossa nova (João Gilberto) y sobrina del compositor, novelista, poeta… Chico Buarque. De poco le sirve, porque si el público totalmente entregado de Madrid no le hizo ascos a una entrada de casi 30 euros, por algo será.

La musa de la bossa nova contemporánea presentó su último disco “Momento” en la popular (por llamarla de alguna forma) discoteca madrileña “Joy Eslava”, ahora convertida en improvisada sala de conciertos.

Cargada de una extremada sensualidad y un jadeo cuanto menos provocador para los amantes de la música, Bebel Gilberto rompió todos los esquemas de los allí presentes regalando una oración de placer que sólo Dios se privaría de probar.

Los sonidos electrónicos de su último disco misturados con esa base de bossa nova que le caracteriza sorprendieron a parte del público, en parte, desconocedor de la gran variedad musical que se hace en brasil y desconocedor del último disco de la cantante.

Y así como la mezcla de lenguas (inglés, portugués y español) y de músicas se coge de la mano para acompañarla, el público tampoco desilusionó en este aspecto. Desde altos ejecutivos de los de Emporio Armani y cóctel de 20 euros, hasta estudiantes erasmus, brasileños de paso por Madrid y algún rastafari entre los asistentes. Aunque no cabe duda que el precio de la entrada y de los cócteles dejaban claro quiénes eran los amos de la noche.

Y es que la música vanguardista brasileña está de moda, para bien o para mal, y aunque poco conocido o no (algunos hasta pensaban que era un chico) qué bien queda decir que fuiste al concierto de Bebel Gilberto, y qué gustazo escuchar esa versión de Cole Parker “Night and Day” que recuerda a “Águas de Março” de Jobim… que cómo poco te hizo sentir un placer cercano al orgasmo musical además de hacer brotar una lágrima púrpura cerca de tu pecho por la cantidad de emociones que puede llegar a despertar.

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