Llegamos a Salvador de Jujuy, capital de la provincia de Jujuy, ya de noche y fue difícil conseguir un hospedaje, aunque tras varios intentos por fin conseguimos una buena cama y ducha donde poder estar... Comimos una pizza y una milanesa, el ambiente era totalmente diferente al resto de Argentina donde habíamos estado, la gente era más morocha, hacía un calor serrano y por momentos parecía más estar entre Perú y Bolivia que en el país del tango...
En Jujuy no ocurrió gran cosa, después de todo lo sucedido durante el viaje esta parada fue totalmente apacible y agradable y a penas nos dedicamos a dar paseos por la ciudad, conversar con algunos artesanos y unas mujeres trabajadoras de una barriada llamada "Tupac Amaru" y poco más... Esa misma noche viajamos a La Quiaca, a cinco horas de Jujuy y frontera con Bolivia para proseguir nuestro camino...
A las 5 de la mañana bajamos en una pequeña estación llena de argentinos mochileros que viajan a Bolivia y Perú, hace un frío horrible, en plena sierra, y a penas tenemos abrigos para taparnos... dormimos un par de horas y a las 7 nos dirigimos a pasar el control migratorio para pasar a Villalzón, territorio boliviano, a tan solo unas esquinas de La Quiaca... las cosas de las fronteras no??
Ya por fin en ese pueblo tomamos algo de desayuno... En el único bar que vimos abierto pedimos un té y un pan para cada uno, ante nuestro asombro la moza nos dice que no tiene nada y le decimos que al menos nos sirva un mate... Al cabo de unos minutos, unos gringos rubios, altos de ojos azules piden su desayuno y en un instante tienen café, pan y fruta...
Mi cabreo es tal, que a pesar de que en el baño pone que no hay agua y no se puede usar, uso el baño... estiro la cadena... me lavo las manos... hay tanta agua como desayunos en ese bar... puras estrategias para no atender a aquellos a quien no quieren...
Compramos nuestros pasajes para La Paz, nos encontramos con unos chicos rebuena onda de Tucumán y pasamos conversando todo el viaje con ellos...
Nos subimos a un bus cuyo nombre es "Llegó por quien llorabas", a eso de las 12 de la mañana... El inicio es caótico: bus viejo, sin ventilación, sin baño, repleto de gente y para colmo nos había tocado justo en la parte trasera...
Un chico porteño hace sus pinitos como cantautor y con su guitarra y su potente voz nos ameniza el viaje... entre bache y bache...
Pasaron horas y horas hasta que conseguimos ver una carretera asfaltada, hasta ese momento caminos de tierra, precipicios, baches y piedras habían sido nuestro lugar de paso... y sinceramente, no veíamos el momento en que el viaje llegara a su fin...
Pasamos Potosí, Oruro, y tras un día metidos en tal gallinero llegamos a La Paz... Desilusionados del trato y cansados decidimos introducirnos de una vez por todas en Perú y ahí, a cinco horas de la Paz, está Puno...
Nos decidimos por fin, y ahí acaban los problemas y con ello la aventura... un viaje como nunca hice, lleno de emociones, de malos tragos y de superación... preguntándome si de verdad tal y como me había indicado mi madre debería haber emprendido aquel viaje a Argentina... yo creo que sí, que el esfuerzo y a pesar de todo, sirvió de mucho, días más tarde llegué a Lima y de ahí a Huancayo, desde donde hoy 22 de enero escribo estas líneas...
3 comentarios:
Guau! Y ahora a donde vas? Que asquerosa la de la cafetería no?
¿pero qué paso?, la narración se cae en la última entrega, parece que lo has escrito para acabar. Bueno, he disfrutado mucho más las dos primeras partes. PEro en conjunto la historia esta chevere. ......estaré al tanto de los que publicas. Besos amia.
Mira vos, estuviste en todos lados! Está bueno poder viajar de un lado al otro sin problemas. Yo cuando fui a a Jujuy, lo que más me gustó fue el Parque Nacional Los Cardones que tiene todo tipo de animales: los guanacos, zorros colorados, zorros grises, chinchillones, pumas, pericotes andinos y los quirquinchos chicos. Me quedé en uno de esos hoteles en jujuy que estaban bárbaros y disfrute haciendo excursiones todo el tiempo!
Gonza
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