miércoles, 13 de enero de 2010

Falete en Capital Federal (II Parte de una crónica cuanto poco surrealista)

Así que decidimos seguir hasta Buenos Aires, y al llegar a la frontera de Chile con Argentina nadie se fijó en si éramos "traficantes... de sueños"... y proseguimos nuestro viaje...

Al tercer día de ruta, por fin aterrizábamos en Capital Federal...nos despedimos de toda la gente conocida en el bus, de las mamachas de Huancayo, de las madres que van a visitar a sus hijos, de las chicas viajeras... y por fin, con casi 40 grados a la sombra, la estación de Retiro nos recibía...

Bajamos, al principio se parece un poco a Lima, la gente vendiendo en las calles, empanadita caprese... alpargatas a 20 pesos... gafas de sol falsificadas, bombachas con puntilla y mates...

Sudorosos, calientes, pestilentes tras esos tres días en bus, agarramos el Subte hasta San Juan para llegar a la calle Defensa... Nos duchamos, follamos, dormimos, recibimos a Victoria ...bebemos Quilmes, nos reímos de todo lo acontecido en el viaje sin saber que la aventura no ha había hecho más que comenzar...

Los días transcurren tranquilos en Buenos Aires, le enseño a Pasapera San Telmo, le presento a algunos artesanos, comemos pizza, empanada, escuchamos Charlie García, vendemos algo de artesanía en Perú (que coincidencia) con Florida...

En a penas dos días, un ser sobrenatural aborda nuestra casa como por arte de magia... al principio nos asustamos, una mujer de un aspecto tan cómico como perturbador y con un exagerado acento porteño asola la casa que mi vieja amiga Anne nos había prestado...

Nos insulta, revisa la casa, se enfada, grita... y tras explicarle que somos amigos de Anne se calma un poco... más se apacigua cuando ve las artesanías de Henry y mis manualidades... Se excusa una vez más y nos reclama como verdaderos artistas...

La mujer de aspecto superficial volvió a aparecer a los pocos días, entonces Pasapera, el Cholo, Victoria y yo nos disponíamos a fumar algo de ganja, beber unas Budweiser y escuchar Piazzola... en ese entonces la mujer vino en son de paz, con un entresijo de collares rotos que Henry intentó arreglar ante su persistencia...

Por momentos tanto a Vicky como a mí nos pareció hablar con Falete, pues sus morros eran gruesos y rosados, tanta silicona debía caber ahí... y sus pechos grandes y exhuberantes, en su cuerpo grueso y embutido, y su pelo moreno engominado hacia atrás... de verdad si hubiera habido un concurso de dobles de Falete esta mujer lo habría ganado...


Pasapera y yo proseguimos nuestro recorrido, La Boca, San Telmo, Puerto Madero, pasamos una feliz Nochebuena con la gente... andamos por la Plaza de Mayo, por las librerías de Corrientes... y el último día... antes de fin de año... Falete volvió a hacer acto de presencia...

Esta vez cabreadísima por nuestra seguida presencia en la casa, estaba histérica, no encontrábamos explicación a como nos estaba tratando, nos llamó ladrones, hablaba algo sobre que le podíamos incendiar la casa y que necesitaba nuestros documentos para comprobar que no éramos unos delincuentes... Realmente aquella mujer estaba como una de las chotas que tiene mi padre en el pueblo y en vagos pensamientos parecía que de alguno de sus grandes y desorbitantes pechos sacaría un revólver...

Falete quería botarnos de la casa... revisó todo y finalmente apuntó nuestros documentos en su agenda personal...

Eran como las 3 de la tarde... Por aquel entonces pensé que cualquier canción de "Los Delinqüentes" la habían compuesto para mí especialmente y para ese instante...



Continuará...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Por favor, sigue con la historia!!! Date prisa en escribirla, que hay gente desde España que se quiere enterar.

Un besazo

Fdo: Rufi Godoy

lupe dijo...

jajaja ¡¡¡ Falete!!! con lo que me gusta... ahora, no quiero verme en tu pellejo de enfrentarme a un huracán tipo Falete